Desde la Cátedra de Ética Ambiental de la Universidad de Alcalá de Henares han compartido con nosotros la publicación 32 de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de UICN elaborada por un grupo de expertos en valores culturales y espirituales de los espacios naturales.

El título completo del libro es: “Cultural and spiritual significance of nature: guidance for protected and conserved area governance and management”. Sus autores son: Bas Verschuuren, Josep-María Mallarach, Edwin Bernbaum, Jeremy Spoon, Steve Brown, Radhika Borde, Jessica Brown, Mark Calamia, Nora Mitchell, Mark Infield, Emma Lee y Craig Groves.

Se puede acceder o descargar el documento mediante este enlace: https://portals.iucn.org/library/node/49268

La chakana andina

El resumen del libro, publicado por los editores, dice: “En los últimos años ha aumentado el interés por los significados y valores culturales, estéticos, históricos, sociales y espirituales de la naturaleza, tanto de una manera general como, especialmente, en determinados lugares y paisajes. Cada vez hay más personas que se sienten atraídas por lugares o paisajes particulares en conexión con esos valores, sea al margen de cualquier confesión religiosa o vinculadas a alguna de sus tradiciones. Como otros recursos frágiles, no es suficiente identificar y apreciar esos valores y significados, también es necesario gestionarlos y comunicarlos adecuadamente para la presente y futuras generaciones. Las pautas que se contemplan en ese compendio responden a la creciente necesidad de hacer que la conservación sea más inclusiva, efectiva y socialmente justa al acomodar múltiples visiones del mundo, tratando el patrimonio natural y cultural como interrelacionados. Dichas pautas sugieren formas de involucrar y empoderar a todos los grupos y partes interesadas en el diseño, la gobernanza y la gestión de las áreas protegidas. Las directrices también ayudan a crear un terreno común, resolver conflictos e implementar enfoques basados en los derechos humanos y el pluralismo legal”.

El libro está muy bien editado. Da toda la impresión de que se ha escrito para expertos en el tema o para organizaciones afines a estos asuntos. La concreción, uso del lenguaje y definiciones son muy apropiadas. Consideramos que es un libro de gran utilidad para ayudar a repensar los fundamentos y los valores que sostienen las políticas de conservación. Aporta estudios de caso y ejemplos reales de todo el mundo para todas las directrices que propone, con la voluntad de inspirar unos modelos más justos y efectivos de conservación de la naturaleza.

Se nota que los autores han trabajado para ayudar a superar las derivadas del colonialismo cultural occidental (en sus aspectos reduccionistas, materialistas y tecnocráticos) abriéndose a todas las cosmovisiones y grandes religiones de la humanidad. Sin embargo, es en este aspecto donde encontramos las debilidades más palpables de la publicación. Así, consideramos que la parte “espiritual” está más ligada a la cultura que al medioambiente, como lo está, por ejemplo, el folclorismo. Se atisba, por otra parte, una desmedida comparación igualitaria entre culturas, cuando es evidente que no todas ellas están igualmente evolucionadas, si bien hacen una aportación al acervo humano. Seguro que los lugareños de las fotos acuden a la medicina occidental si lo necesitan. El buenismo de las culturas queda muy bien para las fotos y, aunque seamos partidarios de conservar las costumbres en lo que aportan a una visión de la humanidad, consideramos que poner a la par todas las creencias, desde la Pachamama, que citan, a la de la Iglesia Ortodoxa, que también citan, es inapropiado y superficial.

Monasterio ortodoxo en plena naturaleza

En el campo católico las visiones sobre la naturaleza se han construido histórica y teológicamente con base en el predominio de determinadas escuelas teológicas y sus visiones de naturaleza. Lo que ha primado siempre es que la naturaleza está relacionada con lo divino, convirtiéndose de tal manera en objeto de veneración y respeto. La naturaleza se ha pensado como espacio donde operan fuerzas sobrenaturales, que se plasman en toda la rica expresión de formas culturales ligada a la religiosidad popular de nuestros pueblos a lo largo y ancho del mundo, de lo que no se habla en este tratado.

Romería de la Virgen de las Nieves

Para finalizar, echamos muy en falta referencias al esfuerzo que la Iglesia Católica lleva a cabo desde hace tiempo por defender la naturaleza, la vida animal y “nuestra casa común” del consumismo y el desarrollo irresponsable. La última, y más nombrada, intervención en este sentido es la encíclica Laudato si’, del papa Francisco, donde se hace un alegato en favor de una acción mundial rápida y unificada «para combatir la degradación ambiental y el cambio climático”.