
¡No a la eutanasia! ¡Cuidados paliativos para todos!
Publicado por Gènéthique. Traducido por Ángel Guerra.
Aunque se ha presentado el anteproyecto de ley sobre el final de la vida, los cuidadores sanitarios franceses tienen la impresión de que han sido marginados. El Colegio Nacional de Agentes de Enfermería (CNASI) de la Sociedad Francesa de Acompañamiento y Cuidados Paliativos (SFAP) también expresó su “asombro”, su “incomprensión” y su “decepción” en una carta. Se niegan a verse asociados a una ley que es “contraria a sus valores”. De hecho, 800.000 cuidadores se oponen a la eutanasia y temen las consecuencias de esta ley para su profesión.
No fueron invitados a la mesa donde se debatió el anteproyecto
Si bien las enfermeras y enfermeros tendrán que participar directamente y apoyar diariamente a los pacientes al final de la vida, lamentan no haber sido «invitados a la mesa del debate» por Agnès Firmin Le Bodo, ministra de la Solidaridad y de la Salud de Francia. Este colectivo denuncia que «en ningún momento se discutió con el Ministerio de Sanidad su implicación en el protocolo de eutanasia o suicidio asistido».
Sin embargo, la ley tendrá «impactos directos en la atención de los pacientes, hombres y mujeres con enfermedades incurables, hombres y mujeres vulnerables, que necesitan apoyo, cuidados y presencia», advierte el CNASI.
Por el contrario, los cuidadores destacan las aportaciones positivas de la ley Claeys Leonetti de 2016, donde se reconocen y se proporcionan los medios para ser aplicada. «¿Por qué querer cambiar la lógica cuando el marco actual es satisfactorio?», se preguntan.
«Muchos de nuestros compañeros están abandonando sus puestos»
El anteproyecto de ley prevé, en particular, pedir a las enfermeras y enfermeros que realicen “primeros auxilios a la inversa”. Es decir, llevar a cabo e imponerles un papel contrario a la “ética del cuidado”. «Bajo este término se esconde nada más y nada menos que la consigna de acabar con los pacientes, de terminar con sus vidas mientras nuestra formación nos lleva a acompañarlos, a estar hasta el final, a cuidarles, a escucharlos, a relevarlos», protesta el CNASI. Una desviación inaceptable de la atención.
Aunque han «a pesar de la falta de recursos, de las condiciones de trabajo degradadas, de la carrera por la rentabilidad, y de que la pandemia de COVID han respondido con dedicación y esfuerzo y durante mucho tiempo, todo ello los ha «dejado exhaustos». Los profesionales de enfermería están preocupados por las consecuencias del anteproyecto de ley al final de la vida. «Hoy, muchos de nuestros compañeros abandonan sus puestos», lamentan. Temen que la ley «provoque una mayor fuga de cuidadores y aumente el deterioro de la atención a los pacientes». «Es imprescindible tener el tiempo y los medios necesarios para apoyar a los pacientes, para hacerse cargo de su final de vida».
Como muchos otros ciudadanos, los enfermeros y enfermeras desean que se dé prioridad al desarrollo de los cuidados paliativos, que, como consta en un informe del Tribunal de Cuentas, es una promesa; «una pequeña revolución» pendiente que precisa de medios.
Cada día, ante el final de la vida, los cuidadores quieren y esperan «tener el tiempo, los medios para apoyar a los pacientes, hacerse cargo de su final de vida, de su entorno, de su dolor, de su sufrimiento, para brindarles una calidad lo mejor posible en su tramo final, pues la muerte nunca será la solución, la solución son las relaciones».
Piden que la cultura paliativa sea «una prioridad en las instituciones de formación, en los establecimientos sanitarios y en el hogar», y que los paliativos no sean «el pariente pobre de la medicina».
También solicitan que los cuidados paliativos sean «accesibles para todos y en todo el territorio». Sin embargo, está claro que la estrategia que se lleva a cabo desde hace una década «no menciona los medios asignados a las acciones propuestas, mientras los que estamos a pie de obra esperamos mejoras en las condiciones de apoyo diario a los pacientes en cuidados paliativos. ¿Qué se necesita para que el Gobierno pase finalmente de las palabras a la acción?»
El anteproyecto está alejado de la realidad que viven los profesionales de enfermería al lado de la cama de los pacientes. Ante la crisis del mundo de la salud, ¿conseguirán hacerse oír? ¿Podremos salvar la solidaridad y fraternidad tan preciosas que reclaman ? Esta es la urgencia: ofrecer el derecho efectivo a los cuidados paliativo para todos.
¿Aceptará el ministerio escuchar a los cuidadores sanitarios y atender verdaderamente a los más vulnerables?