Manipulación de la información.

Manipulación de la información.

Por Michael J. New. National Review.

La revista académica JAMA Internal Medicine ha publicado recientemente un estudio donde se afirma que decenas de miles de embarazos fueron el resultado de violaciones en estados norteamericanos que promulgaron fuertes leyes provida posteriores al caso Dobbs contra Jackson. Específicamente, el artículo afirma que, desde Dobbs, se han producido 519.981 violaciones en estados con fuertes leyes provida en vigor. Supuestamente, esto habría dado lugar al nacimiento de 64.565 niños concebidos por violación. Este estudio fue divulgado, rápida y acríticamente, por varios medios de comunicación importantes, incluidos CNN, NBC News, Houston Chronicle, Axios, Time y Hufffington Post.

Calificar esas cifras de exageradas sería quedarse corto. Francamente, el artículo es una de las peores y más engañosas investigaciones sobre defensa de derechos que he encontrado en mis años como investigador social. Además, el hecho de que este artículo haya aparecido en una prestigiosa revista le otorga una legitimidad y credibilidad que no merece en absoluto. Hay problemas importantes en la metodología utilizada por los autores.

En primer lugar, los autores del estudio afirman que aproximadamente el 12,5% de las violaciones desembocan en una concepción. Se trata de una cifra excepcionalmente alta. Los resultados de una encuesta entre más de 4.000 mujeres, publicada en el American Journal of Obstetrics and Gynecology, situaba esa cifra en cerca del 5%. Además, dicho porcentaje en ese artículo de 1996 es probablemente alto porque varias encuestadas informaron haber sido violados más de una vez.

En segundo lugar, existen disparidades extremadamente amplias en las estadísticas de violaciones denunciadas. Los autores utilizan datos de la Encuesta Nacional sobre Violencia Sexual y de Pareja Íntima de 2016-2017 obtenidos por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), los cuales estimaron que más de 1,4 millones de mujeres fueron víctimas de una violación forzada y consumada en un año. Esto es más de cuatro veces superior a las estimaciones proporcionadas por la Encuesta Nacional de Victimización por Delitos del Departamento de Justicia, y más de diez veces mayor que los datos del FBI sobre el número de violaciones denunciadas a las autoridades. Por otra parte, los datos de los CDC han sido criticados por sobreestimar significativamente la incidencia de violaciones. Investigadores imparciales habrían reconocido estas disparidades. Sin embargo, los autores del artículo de JAMA Internal Medicine simplemente asumen que las estimaciones mucho más altas de los CDC son las más precisas.

Finalmente, si se extrapolan los cálculos de los autores a todo el país, habría habido alrededor de 178.000 niños concebidos por violación en 2017. Si la mitad de las víctimas de violación decidieron abortar, eso significaría que aproximadamente el 10% de todos los abortos se realizaron en víctimas de violación. Sin embargo, múltiples encuestas del Instituto Guttmacher muestran que únicamente el 1% de las mujeres que buscan un aborto citan haber sido víctimas de una violación como una razón para abortar. Esto demuestra con claridad cuán exageradas son las estimaciones de los autores del artículo.

No debería sorprender que algunos de los autores de esta publicación sean empleados de organizaciones que apoyan el aborto legal. El autor principal, Samuel Dickman, es el director médico de Planned Parenthood de Montana. Kari White es la directora ejecutiva y científica de Resound Research for Reproductive Health, anteriormente conocido como Proyecto de Evaluación de Políticas de Texas (TxPEP). Este grupo también apoya el aborto. Como era de esperar, los principales medios de comunicación que divulgaron noticias sobre este estudio no consideraron este flagrante conflicto de intereses.

El hecho de que JAMA Internal Medicine haya publicado este artículo es preocupante. En los últimos años, muchas revistas académicas, particularmente en el campo de la salud pública, han publicado artículos de opinión o artículos escasamente investigados escritos por partidarios del aborto legal.

Las revistas académicas deberían limitarse a publicar investigaciones rigurosas revisadas por pares en lugar de servir de portavoces a los partidarios del aborto.

Michael J. New es profesor adjunto en la Busch School of Business de la Universidad Católica de América y académico asociado principal del Charlotte Lozier Institute.