Giorgia Meloni en el Parlamento Europeo.

Giorgia Meloni en el Parlamento Europeo. Europa Press.

De varias agencias de noticias.

El aborto vuelve a estar en el punto de mira en Italia, 46 años después de su legalización. El diputado Lorenzo Malagola presentó una enmienda al artículo 194 de la ley italiana que busca llevar a plenitud esa ley «haciendo uso, sin nuevas o mayores cargas para las finanzas públicas y con la participación de entidades que hayan cualificado experiencia en apoyo a la maternidad». De hecho, el permiso para la actividad de los grupos de «apoyo a la maternidad» y a las mujeres en trance de interrupción del embarazo se incluyó en el decreto sobre medidas financiadas por el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR). La enmienda pasó a la Cámara de Diputados, que aprobó el texto sobre el PNRR el 16 de abril, con 185 votos a favor, 115 en contra y 4 abstenciones.

La medida aprobada permite a las asociaciones antiabortistas (provida) operar dentro de los centros de asesoramiento familiar. Se han aprobado las “habitaciones de la vida”. Estos espacios estarán gestionados por grupos provida a los que se les permite estar dentro de los hospitales donde se practica el aborto con objeto de asistir e informar a las mujeres embarazadas. Las “habitaciones de la vida” buscan ayudar a las mujeres por diversos medios, como permitir que la madre escuche los latidos del bebé, pero, principalmente, mediante la escucha y el apoyo a las embarazadas que lo necesiten, todo ello en el ámbito de un plan más general de ayuda durante y después del embarazo a las mujeres que viven ese momento con dificultades y que podrían elegir la interrupción del embarazo, o que se sienten obligadas a recurrir a ella por falta de recursos.

La primera ministro de Italia, Giorgia Meloni, afirmó al respecto que lo que busca esta enmienda a la constitución es que, siguiendo su principio, se pueda proveer a las mujeres que desean abortar de una ayuda para tomar una decisión más libre e informada, asistiéndolas de alguna forma para ayudarlas a tomar la mejor decisión. 

La enmienda ha sido considerada como un ataque por los grupos proaborto, los cuales señalan que «se trata de otra interferencia más de las asociaciones provida en las instancias públicas relacionadas con la interrupción voluntaria del embarazo». 

Por otra parte, el gobierno de Meloni, ya había permitido que los médicos que por razones de conciencia consideren que no es ético o moral practicar el aborto puedan negarse a ello. Actualmente, los médicos que se acogen al derecho de objeción de conciencia representan el 63,4% de todos los médicos en Italia. El porcentaje varía según las regiones, siendo del 43% en Emilia Romagna y del 85% en Sicilia.