Mary Harrington

Mary Harrington. The Protopia Lab.

La apuesta feminista de la escritora Mary Harrington

                                      Por Gloria Solé, historiadora

En estos últimos años han ido apareciendo  voces a favor de un progreso real de las mujeres, superando el callejón sin salida de la revolución sexual y la ideología de género, que impregnan hoy la sociedad.

La escritora británica Mary Harrington es una voz autorizada del nuevo feminismo. Vivió en primera persona la revolución sexual en una comuna okupa lesbiana, siguiendo las ideas de Simone de Beauvoir y Judith Butler, y desarrollando un  feminismo bio-libertario que alcanzaría luego su paroxismo en el movimiento trans. Después se casó y vivió la maternidad, una experiencia que transformó profundamente su visión de las mujeres y del progreso. (1)

Mary encuentra el origen del naufragio de la utopía hedonista de la revolución sexual en un concepto erróneo de la persona y la libertad. Señala que la revolución sexual la hemos perdido las mujeres: “quisimos abolir las diferencias sexuales en nombre de la libertad, pero no ha funcionado”. El feminismo radical despreciaba la maternidad. La revolución tecnológica había debilitado además la interdependencia natural entre hombre y mujeres, pasando por alto lo que es realmente el ser humano. El paradigma del ser humano de la era de la píldora era en realidad masculino. Aboga por un redescubrimiento de roles, de un estilo de vida familiar natural, más humano y real.

El Feminismo “reaccionario” de Mary, que explica en su libro Feminism against Progress, cuestiona la narrativa actual del progreso feminista, rechaza las promesas de la tecnología al servicio de la liberación sexual, y apoya lo que el ser humano es. No hay un progreso único necesario: algunas cosas han mejorado y otras han empeorado. A ella le transformó el matrimonio y ser madre. La maternidad y el matrimonio son modelos de relación que resisten al paradigma tecnológico y están fuera del mercado. Rechaza la tecnología anticonceptiva y promueve un feminismo que diera la bienvenida a cada bebé, sin que eso suponga eclipsar a la madre como individuo. Saluda con alivio muchos logros del feminismo, pero lamenta que algunos lo hayan convertido en cirugía y hormonas para adolescentes, hasta la industrialización del cuerpo humano de las madres de alquiler. Aboga por un feminismo para “encontrar formas de convivir juntos, que reconozca la dualidad de los seres humanos de una forma abierta e inclusiva, que  nos permita desarrollarnos unidos”.

Mary H. ha sido una de las últimas en unirse a la lista de quienes denuncian la crisis a la que nos ha llevado la revolución sexual. Mary Eberstadt, Nancy Pearcy, Abigail Favale, Kathleen Scott, Gabriele Kuby, son otras mujeres que se han atrevido a criticar la visión de la sexualidad imperante en Occidente desde los años 60. Han salido también varios libros sobre el movimiento Trans, señalando sus negativos efectos en los jóvenes, y cuestionando esta ideología.

En España se publicó recientemente el libro Indomables: 10 mujeres contra el feminismo hegemónico que cancela las voces disidentes. Desde perspectivas diferentes, aporta reflexiones interesantes sobre los problemas actuales del feminismo, que dificulta el progreso real de las mujeres, y quiere devolver el feminismo a la razón.

  A nivel mundial ha surgido una plataforma -la Alianza feminista por los derechos de las mujeres basados en el sexo-  que defiende un feminismo basado en el sexo biológico y ha tenido una gran difusión internacional. También numerosos grupos feministas y otros grupos de intelectuales e instituciones crearon otra plataforma contra la aprobación de la Maternidad subrogada, por considerar que era contraria a los derechos de las mujeres y niños, y han exigido que se prohíba en todo el mundo. También hay voces que piden prohibir  la prostitución, por ser contraria a la dignidad de las mujeres.

 Están aún hoy muy presentes, sin embargo, las dos influencias negativas para el progreso de las mujeres: a) los efectos de la revolución sexual de los años 60, que promovió un “empoderamiento” falso de las mujeres, a partir de la “liberación” sexual y la tecnología anticonceptiva, hostil a la maternidad, el matrimonio y la familia, y  b)  la presión internacional de los principios de Yogyakarta y los grupos LGTBIQ a favor de la libre elección de género y orientación sexual en todo el mundo, que promueven la confusión sexual.

 El feminismo actual está dividido en dos bloques: uno a favor del feminismo clásico, basado en el sexo y los avances de las mujeres, y otro que rechaza el planteamiento y promueve la libre determinación de géneros como forma de progreso social, en la línea del feminismo radical queer.

En una conferencia reciente señalé con más amplitud la situación actual y los temas más relevantes hoy para el progreso de las mujeres y la sociedad (cfr. resumen “Mujeres, feminismo y progreso” en agabi.es).

(1). Cfr. interesantes artículos y entrevistas a Mary Harrington.: “Feminismo reaccionario: la provocativa  propuesta de Mary Harrington”, “El Debate, 16-9-23). “Mary Harrington: “Quisimos abolir las diferencias sexuales en nombre de la libertad, pero no ha funcionado”. Aceprensa, 13-6-24. “La revolución sexual la hemos perdido las mujeres”, La Vanguardia (20-V-24).