MADRES SIN ROSTRO
Cuando una pareja o un individuo contratan a una mujer para que geste un niño en su lugar, lo que está en juego no es solo un vientre. La gestación subrogada implica todo un proceso fisiológico —con sus riesgos— que revoluciona el cuerpo de la madre y que dejará una huella en ella. También psicológica. El hijo es el producto final, y no tiene voz ni voto. El debate pendula entre prohibirla de manera global o regularla. Y, en caso de legislarla, si admitir solo la altruista o también la comercial. De fondo resuenan las grandes preguntas sobre la dignidad y los derechos de las madres subrogadas y de los niños.
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