En la maternidad subrogada una mujer sustituye a otra ofreciendo su útero durante el período de gestación.

En la maternidad subrogada, una mujer sustituye a otra ofreciendo su útero durante la gestación. Istokphoto.

¿Qué es subrogar? Según el diccionario de la Real Academia es sustituir en una obligación o derecho a la persona que los poseía. En el caso de la maternidad, una mujer sustituye a otra ofreciendo su útero durante el período de gestación.

  1. Maternidad subrogada con alquiler

Algunas mujeres deciden tener un hijo alquilando el útero de otra mujer. Esto es un contrato de compraventa de un ser humano. Consiste en lo siguiente:

Una mujer ofrece el propio útero para que introduzcan en él un embrión obtenido por “fecundación in vitro” que procede de una pareja ajena a ella.

La mujer que ofrece su útero cobra dinero por hacerlo, por eso se habla de “vientres de alquiler”. Este tipo de contrato es inmoral por varios motivos:

  1. Lo que se introduce en el útero alquilado no procede de la unión conyugal entre un hombre y una mujer, sino de la fecundación in vitro con transferencia de embriones (FIVET): la unión de un óvulo con un espermatozoide en un laboratorio. Tiene todos los inconvenientes morales de la FIVET.
  2. La mujer alquilada daña su dignidad al permitir que alguien la utilice mediante un contrato como una incubadora de bebés para otros, ya que el ser humano que se desarrolla durante nueve meses en su vientre no es hijo suyo. Reduce su cuerpo a un instrumento de procreación.
  3. Quien paga y quien cobra el alquiler están comercializando con seres humanos.
  4. La técnica también afecta directamente a la persona concebida, que puede llegar a tener hasta seis padres:
  • La madre biológica que dona el óvulo
  • La mujer que alquila su vientre
  • La madre que ha encargado el hijo (puede ser distinta de la que dona el óvulo)
  • El padre biológico que dona el esperma
  • El marido de la madre gestante
  • El padre que encarga el hijo (puede ser distinto del que dona el esperma).

Conocemos el caso relativamente reciente de Ana Obregón, que a los 68 años alquiló un vientre en Miami, ya que en España no está permitido por la ley. El embrión procedía del óvulo de una mujer (su nombre se mantiene en secreto) y el esperma de un hijo suyo fallecido. Ella dice que ha tenido una hija, pero en realidad ha tenido una nieta. Esto contrasta con la negación de adoptar un niño a quien tiene más de 45 años porque se considera demasiado mayor para criarlo.

Durante el embarazo pueden surgir los siguientes problemas:

  1. Si lo ha encargado un matrimonio y durante el embarazo se divorcian, ¿Quién se hará cargo del niño cuando nazca? ¿Le pedirán a la mujer que aborte? ¿Se pondrán de acuerdo el hombre y la mujer que lo han encargado?
  2. Si durante el embarazo el embrión es diagnosticado de alguna anomalía, los que han encargado el niño ¿exigirán a la mujer que aborte? ¿Aceptará ella abortar si se lo piden?
  3. La producción de oxitocina (la hormona del amor) aumenta a lo largo del embarazo y su nivel es máximo alrededor del parto. Esto explica que a una madre le duela tanto la muerte del hijo recién nacido, aunque no haya llegado a verlo. En muchos casos la muerte del niño le produce una profunda depresión. Esto ocurre con la misma intensidad en la madre de alquiler cuando entrega al niño, aunque no tenga sus genes.

 La maternidad subrogada, además de ser fuente de problemas jurídicos, también es un problema para el hijo, que tiene derecho a conocer su origen e identidad. Muchas veces estos contratos se hacen en secreto y el hijo nunca llega a saber quiénes son sus padres biológicos. Cuando se entera de su forma de venir al mundo, se da cuenta de que ha sido un objeto de compra-venta.

 El Parlamento Europeo rechaza la maternidad subrogada por ser «contraria a la dignidad humana de la mujer, ya que su cuerpo y sus funciones reproductivas se utilizan como materia prima».

En la mayoría de los países europeos el Derecho actual establece que el contrato de gestación es nulo de pleno derecho, pues el hijo no es un objeto.

Desde diversos países europeos algunas instituciones han solicitado formalmente a la ONU la prohibición universal de la gestación subrogada por esos motivos.

Algunos países, además de prohibir la gestación subrogada, prohíben registrar al niño nacido por contrato de maternidad subrogada en el extranjero; además, se arriesgan a una denuncia contra el orden público, que se castiga con penas de cárcel.

En España, el Comité Nacional de Bioética rechaza su legalización. De momento no se permite alquilar el útero en España.

  1. Maternidad subrogada altruista

Muchos que rechazan los vientres de alquiler por no considerarlos éticos, consideran aceptable los vientres no alquilados, sino ofrecidos de forma gratuita para gestar al niño durante nueve meses. Aunque en realidad, quien no cobra al hacer el contrato, cobra una cantidad exagerada por las medicinas que necesita durante el embarazo.

Quienes consideran aceptable la gestación subrogada altruista la comparan con la donación gratuita de un órgano de un donante sano a un enfermo, pero no es lo mismo. La donación de un riñón o de una parte del hígado es justificable éticamente por ser un tratamiento de última elección para salvar la vida de otra persona. Esto no sucede en la gestación subrogada, donde el embarazo asumido por la gestante no se dirige a salvar la vida de otra persona, ni siquiera a tratar una enfermedad grave. Por tanto, el balance beneficio/riesgo no queda justificado. Además, en la gestación altruista también existen los siguientes problemas de la gestación subrogada por alquiler:

  1. El comienzo de la vida en un laboratorio (fuera del acto conyugal) es el mismo.
  2. Los problemas a), b) y c) que pueden ocurrir durante la gestación de un vientre de alquiler, pueden ocurrir también en un vientre no alquilado.

En resumen:

Todo ser humano que viene al mundo tiene derecho a ser concebido por medio del acto conyugal de sus padres y a ser gestado en el seno de su madre genética. La maternidad subrogada (con o sin alquiler) es contraria a la ética.