Revista científica donde se ha publicado el artículo.

Mi amigo, el Dr. Ricardo Garcia-Mayor, especialista en endocrinología, me ha enviado un artículo recientemente publicado en The New England Journal of Medicine, para conocer mi opinión.

Texto del artículo traducido por mi al castellano.
Texto del artículo traducido por mi al castellano.
Texto del artículo traducido por mi al castellano.

Esta es mi valoración.

Después de la decisión de la Corte Suprema de los EE.UU. de dejar a los Estados la iniciativa de regular el aborto, era previsible que los defensores de esta práctica sembrasen los medios de publicaciones con la finalidad de meter miedo a los profesionales y al público en general para que las disposiciones estatales favorezcan el aborto. Lamentablemente, así ocurrió ayer en Kansas: “Kansas vota por defender el derecho al aborto”.

Al tratarse de una publicación de la Massachusetts Medical Society no me ha extrañado su planteamiento y sus conclusiones dado su tradicional posicionamiento proaborto.

Los autores de este articulo lo expresan con claridad: “SB8 ha tenido un efecto escalofriante en una amplia gama de los profesionales de la salud, afectando negativamente la atención del paciente y poniendo en peligro la vida de las personas”.

 Me ha dado pena leer este artículo. Pena porque nadie se acuerda a la principal víctima de este asesinato: la totalmente vulnerable e inocente criatura engendrada. Pena porque todo se basa en un pretendido derecho de la madre, pero nada se dice sobre el papel del padre. Pena por aquellos que incitan y practican este horrible crimen. Pena porque unos expertos − todos ellos doctores− demuestran ignorancia y poco rigor científico, no solo en su comprensión de lo que es la reproducción humana, sino también en el material y los métodos empleados en el artículo: no hay hipótesis a aceptar o rechazar; escasas entrevistas en los dos casos y sin explicar cómo hicieron la selección de la muestra y su significación en el conjunto general de la población; sesgo en la interpretación de los resultados; etc. No es un artículo científico. Pena, en fin, porque una decisión bioética y moral de esta envergadura se deja a la decisión de la mayoría. Por último, me ha dado pena porque una vez más se demuestra “que los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz” ¿Cuándo tendremos los defensores de la vida la misma capacidad y audacia que tienen estos señores, carentes de formación biológica correcta y contrastada, de la formación filosófica necesaria para argumentar con conocimiento de causa sobre la dignidad de la persona humana, y de las mínimas ideas jurídicas sobre lo que verdaderamente es un derecho fundamental?

Los autores ponen varios ejemplos sobre los peligros de pacientes con complicaciones durante el embarazo. Creo que son reales, pero en ningún momento se paran a considerar que más que solucionar esos problemas con el aborto lo que se debería hacer es mejorar las condiciones de la sanidad pública para atender a esas pacientes durante el embarazo, en el parto, y después del nacimiento del bebé. Lo de las pacientes ricas y pobres me parece de un populismo barato.

En definitiva, un alegato en favor del aborto.

Ángel Guerra, Presidente de AGABI