Investigador manipulando embriones humanos.

                             Investigador manipulando embriones humanos

Julio Tudela. Observatorio de Bioética. UCV.

Peter Thompson, director ejecutivo de la Editoridad de Fertilización Humana y Embriología (HFEA) en Reino Unido recomendó en un documento fechado en diciembre de 2024 que se modifique la ley para ampliar el plazo límite para la investigación con embriones.

En la actualidad, el límite generalmente establecido para la experimentación con embriones humanos se fija en los 14 días tras la fecundación. El establecimiento de este límite se remonta a finales de los años setenta del siglo pasado, tras el nacimiento de la primera bebé engendrada por fecundación in vitro, Louise Brown, en 1978.

Un año después, en 1979, el comité asesor de bioética de los Estados Unidos, el Ethics Advisory Board (EAB), afirmó en un informe publicado el 4 de Mayo de 1979 que el embrión humano en su primeros catorce días –momento en el que se forma la línea primitiva del trofoblasto, primordio de la médula espinal del feto, coincidente con el momento de la implantación y consolidación del blastocisto en el endometrio de la madre- era solo una forma de vida humana en desarrollo, con un gran riesgo de mortalidad y carente de individualidad.

Según este comité, en este periodo no podía asignársele un estatus definido, y así el informe dejaba la puerta abierta a la práctica de la investigación científica con el material embrionario, cuya destrucción no presentaría mayor conflicto ético.

Posteriormente, en 1984, la Comisión Warnock[1] emitió desde el Reino Unido, un nuevo informe que sentaba las bases para la aceptabilidad de la investigación con embriones, confirmando el arbitrario periodo de 14 días desde la concepción -adoptando las conclusiones previas del EAB estadounidense- en el cual el embrión carecería de naturaleza individual.

Una embrióloga miembro del comité, la Dra. Anne McLaren, llegó a afirmar que no existe vida humana antes de la aparición de la línea primitiva en el trofoblasto, hacia el día 14 desde la concepción.

Sobre estos supuestos, se crea el concepto de “preembrión” entendido como el embrión constituido in vitro formado por el grupo de células resultante de la división progresiva del ovocito desde que es fecundado hasta 14 días más tarde.

¿Es el embrión humano un individuo de la especie?

Los avances científicos en embriología han acumulado evidencias acerca de la naturaleza de los embriones humanos tempranos, que ofrecen pruebas certeras sobre la existencia de un individuo de la especie humana a partir del momento de la fecundación del ovocito por el espermatozoide. Su identidad genética, los procesos epigenéticos que marcan la puesta en marcha de un programa de desarrollo continuo y de complejidad creciente, la proteómica embrionaria, la información de posición de las líneas celulares que van diferenciándose, organizándose y posicionándose desde las primeras etapas de desarrollo descartan que el embrión temprano –“preembrión”- carezca de individualidad propia tal como se afirmó.

El consenso científico actual sobre la existencia de un individuo de la especie humana desde la fecundación es abrumador. Una prueba de ello es la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo, dictada en octubre de 2011, que reconocía, en sus apartados 35 y 36, explícitamente lo siguiente:

“En concreto, el fallo de la sentencia confirma que la legislación europea relativa a la protección jurídica de las invenciones biotecnológicas debe interpretarse en el sentido de que constituye un “embrión humano” todo óvulo humano a partir del estadio de la fecundación y todo óvulo humano no fecundado en el que se haya implantado el núcleo de una célula humana madura.”

Sin embargo, y tal como describieron Ferrer y Pastor en un artículo publicado en 2012, aunque el concepto de preembrión ha sido abandonado en el mundo científico, no lo ha sido el trato que se le dispensa basado en esta consideración, permaneciendo desprotegido su derecho a la vida dada la permisividad para su instrumentalización y destrucción en el ámbito de la investigación científica.

Las premisas que permitieron esta desprotección en los años 80, hoy se han revelado falsas. Sin embargo, los atentados contra la dignidad de estos embriones tempranos permanecen como si nada hubiera cambiado: la confirmación de su naturaleza individual no se ha trasladado en un reconocimiento de su dignidad y derechos.

Más tiempo para investigar con embriones humanos

El paso que ahora se pretende dar, ampliar el ya arbitrario plazo de 14 días, hoy carente de toda fundamentación científica, para permitir el seguir investigando con embriones más desarrollados, conllevará con probabilidad más investigación relacionada, lo que supone más destrucción de embriones.

Las razones esgrimidas por Peter Thompson desde la HFEA se refieren a los avances científicos significativos en estas líneas de investigación, que, según afirma, “podrían proporcionar información valiosa, en un entorno estrictamente regulado, para permitir la investigación con fines específicos que ya están establecidos en la ley.”

Utilitarismo vs Personalismo

La aplicación de criterios bioéticos utilitaristas, basados exclusivamente en los resultados esperados, favorece la generalización en el campo de la clínica y la investigación de procedimientos que pueden violar la dignidad y los derechos de los individuos, especialmente de los más desprotegidos.

Seres humanos inmaduros o enfermos crónicos e incurables son víctimas de estos planteamientos con el descarte de embriones, el aborto o la eutanasia.

Una perspectiva bioética diametralmente opuesta es la que ofrece el Personalismo, que sitúa la dignidad y la vida humanas como bienes que deben defenderse en toda circunstancia y en todo individuo, independientemente de sus características o estado madurativo.

Los intentos de promoción de la investigación científica basados en la violación de los derechos humanos, el primero de los cuales es el derecho a la vida, han resultado históricamente contraproducentes. Seguir ignorándolo es traicionar la ciencia y el progreso humano.

[1] Great Britain. Department of Health and Social Security. Report of the Committee of Inquiry into Human Fertilization and Embryology, Chair Dame Mary Warnock. Report of the Committee of Inquiry into Human Fertilization and Embryology, London: Her Majesty’s Stationery Office. 1984.